¡¡¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS...!
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Cuando yo era joven, en las ciudades y en los pueblos importantes muy pocas personas tenían un teléfono en su domicilio. En los pueblos pequeños y en las aldeas ni siquiera existían líneas telefónicas.
En aquella época, las comunicaciones telefónicas no se establecían automáticamente marcando un número. Era necesario hacer una llamada a la central para solicitar la conexión y, desde allí, una operadora telefonista realizaba el enlace solicitado; no siempre lo hacía inmediatamente. Si las llamadas eran para teléfonos de distinta localidad, que estuviese alejada, solían tener demoras de espera de más de una hora.
En aquellos tiempos, muy pocas personas tenían un receptor de radio en su domicilio; y los aparatos receptores, para recibir la señal, necesitaban antenas en el exterior, muy elevadas, que solían colocarse preferentemente en los tejados.
Radio-Andorra y Radio-Tánger eran algunas de las emisoras más populares. Dedicaban la mayor parte del tiempo a emitir canciones con dedicatoria, por las que cobraban la cantidad de cinco pesetas, que debían enviarles, por giro postal, quienes las habían solicitado. Otras emisoras de radio también lo hacían. También transmitían solicitudes de personas que deseaban encontrar pareja. Yo he conocido, personalmente, a algunos matrimonios que iniciaron su relación sentimental mediante aquellos anuncios.
Las emisoras de radio también emitían entonces radio-novelas que solían interpretarlas directamente, ante el micrófono, algunos locutores que se hicieron famosos.
Nos parecería una fantasía de Julio Verne si alguien nos dijese entonces que, pocos años después, tendríamos teléfonos móviles inalámbricos, televisiones, video-conferencias, internet , y otros variados medios de telecomunicación.
Aunque en aquellos ya tan lejanos tiempos de mi juventud, no disponíamos de los actuales medios para poder comunicarnos, nos relacionábamos con más afecto y cordialidad que ahora. En mi aldea, al anochecer, se encendía el fuego en la "lareira" y, al calor de la lumbre, los padres y sus hijos eran más comunicativos y se contaban sus cosas.
Antes, los chicos jóvenes, cuando teníamos lejos a nuestras novias, les enviábamos unas cartas muy cariñosas, emotivas y románticas. No existía aún el WhatsApp, ni esos otros medios de comunicación actuales.
A pesar de tener entonces tantas carencias técnicas, YO PIENSO QUE ÉRAMOS MÁS FELICES QUE LO SON HOY ESTA ACTUAL GENERACIÓN, TAN RUIDOSA E INCONFORMISTA.
A pesar de tener entonces tantas carencias técnicas, YO PIENSO QUE ÉRAMOS MÁS FELICES QUE LO SON HOY ESTA ACTUAL GENERACIÓN, TAN RUIDOSA E INCONFORMISTA.
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