lunes, 5 de octubre de 2020

PARADOJAS DE LA TERCERA EDAD.

 


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Se produce  la paradoja  de que nadie quiere ser un viejo;  pero, todos desean llegar a serlo.

Cuando las personas jóvenes ven a un anciano que tiene todas las carencias propias de esa edad, posiblemente se compadecerán de él;  pero,  continuarán deseando vivir muchos años alegremente, sin pensar en los problemas  físicos y mentales que tendrán después.



Yo, que soy ya un nonagenario, si alguien me preguntase si desearía volver a ser  joven, también le contestaría afirmativamente, olvidándome  de los muchos problemas que he tenido que soportar para poder  llegar hasta mi estado actual.




No resulta pues nada  extraño que las personas jóvenes aspiren a vivir muchos años, sin pensar en las carencias físicas y mentales que tendrán que soportar cuando también ellos sean ya unos ancianos.


La jovencita que vemos en esta fotografía aparenta tener algunas dudas y casi  preferiría abandonar este conflictivo planeta, sin llegar a ser una ancianita.



Adán y Eva eran  bastante  jóvenes  cuando  cometieron el error de comer aquella manzana tóxica.
Había transcurrido aún poco tiempo desde fueran creados.  Esa travesura infantil  que cometieron, es la responsable de que ellos y sus descendientes no podamos tener una eterna juventud.

Pero, la personas muy mayores podemos envejecer activamente,   como se puede observar  en este  vídeo que yo adjunto aquí seguidamente:


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